País Situación Alemania
Situación nacional actual de las personas jóvenes en riesgo de exclusión social
En Alemania, alrededor de una cuarta parte de las personas jóvenes crecen con desventajas. Esto significa que esas personas jóvenes se enfrentan a uno o varios de los factores de exclusión y obstáculos que se indican a continuación en comparación con sus coetáneas. Las siguientes situaciones suelen impedir a la juventud participar en el empleo, la educación formal y no formal, la movilidad transnacional, el proceso democrático y la sociedad en general:
- Discapacidad (es decir, participantes con necesidades especiales): jóvenes con discapacidades mentales (intelectuales, cognitivas, de aprendizaje), físicas, sensoriales, etc.
- Problemas de salud: jóvenes con problemas de salud crónicos, enfermedades graves o trastornos psiquiátricos, etc.
- Dificultades educativas: jóvenes con dificultades de aprendizaje, abandono escolar prematuro, con menor cualificación, con bajo rendimiento escolar, etc.
- Diferencias culturales: personas migrantes, refugiadas o descendientes de familias de migrantes o refugiadas, jóvenes pertenecientes a una minoría nacional o étnica, jóvenes con dificultades de adaptación lingüística e inclusión cultural, etc.
- Obstáculos económicos: jóvenes con un bajo nivel de vida, bajos ingresos, dependencia del sistema de bienestar social, jóvenes en situación de desempleo o pobreza de larga duración, jóvenes sin hogar, con deudas o con problemas financieros, etc.
- Obstáculos sociales: jóvenes que se enfrentan a la discriminación por razón de género, edad, etnia, religión, orientación sexual, discapacidad, etc., jóvenes con habilidades sociales limitadas o comportamientos antisociales o de alto riesgo, jóvenes en situación precaria, (ex)delincuentes, (ex)drogadictos/-as o alcohólicos/-as, padres y madres jóvenes y/o solteros/-as, huérfanos/-as, etc.
- Obstáculos geográficos: jóvenes de zonas remotas o rurales, jóvenes que viven en islas pequeñas o en regiones periféricas, jóvenes de zonas urbanas problemáticas, jóvenes de zonas con menos servicios (transporte público limitado, instalaciones deficientes), etc.
En Alemania, se entiende por «desventaja» la presencia de diversos indicadores de riesgo. Los tres indicadores más comunes son la pobreza, el desempleo y el bajo nivel educativo. La situación socioeconómica de las personas jóvenes se compone de las desventajas sufridas por sus progenitores, la situación educativa (calificación escolar) y su dependencia de, por ejemplo, la asistencia social estatal.
Dentro de este grupo de población, los/-as adolescentes y, en particular, los/-as jóvenes adultos/-as son quienes corren mayor riesgo de caer en la pobreza, sobre todo en la última década. En los últimos años, la tasa de pobreza ha sido más alta entre las personas jóvenes de 21 a 30 años. Los/-as niños/-as y los/-as jóvenes representan el grupo de edad más numeroso a la hora de recibir las ayudas sociales recogidas en el Libro II del Código Social (SGB II). Sin embargo, hay grandes diferencias regionales. Por ejemplo, la tasa en el este de Alemania (25,3 %) es casi el doble que en el oeste del país (13,4 %).
En Alemania, el 9,5 % de las personas jóvenes de entre 18 y 25 años no han completado la educación secundaria y no están cursando estudios ni formación de ningún tipo, lo que se conoce como abandono escolar prematuro (Schulabbrecher). Con un 33 %, la tasa de personas de entre 30 y 35 años de la comunidad migrante que no tienen formación profesional es alrededor de tres veces más alta que la de quienes no pertenecen a dicha comunidad (10 %). Las personas jóvenes que no son de nacionalidad alemana son igualmente propensas a carecer de una formación profesional.
Sin embargo, la integración e inclusión social de las personas jóvenes es un derecho básico, tal y como se recoge en la Ley Fundamental de Alemania (Grundgesetz), concretamente en los apartados 1 y 2 del artículo 1. Además de en la responsabilidad de los padres, este artículo también hace hincapié en la responsabilidad del Estado al obligar a los servicios para la infancia y la juventud a apoyar a las personas jóvenes para que puedan desarrollarse como individuos y como miembros de la sociedad.
Principales retos de los/-as trabajadores/-as juveniles que trabajan con jóvenes en situación de desventaja
En Alemania, el número oficial de ofertas para jóvenes ha disminuido en 18.000 en solo 4 años (de 2014 a 2018). Esta evolución general también repercute en el trabajo diario de los/-as trabajadores/-as juveniles que trabajan con personas jóvenes en riesgo de exclusión social.
En primer lugar, hay muy pocos puestos de trabajo para trabajadores/-as juveniles a tiempo completo o parcial que se especialicen y trabajen con las necesidades de la juventud en riesgo de exclusión social. Además, la escasa concienciación de la sociedad sobre el trabajo en el ámbito de la juventud hace que disminuyan las personas voluntarias que trabajan con jóvenes en riesgo de exclusión social. Ambos factores hacen que quienes trabajan con jóvenes en riesgo de exclusión social estén sobrecargados/-as y no tengan suficiente tiempo para los/-as jóvenes y los/-as adultos/-as jóvenes.
El aumento de los requisitos burocráticos (por ejemplo, el cumplimiento del DSGVO – o Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea – y la protección contra otras consecuencias legales) conlleva un mayor riesgo para los/-as trabajadores/-as juveniles.
Particularmente en el caso de los/-as trabajadores/-as juveniles a tiempo completo y a tiempo parcial, el incremento del trabajo administrativo y de documentación significa que tienen que pasar más tiempo en tareas burocráticas en su trabajo cotidiano y que, por lo tanto, tienen menos tiempo para dedicar al trabajo con personas jóvenes en riesgo de exclusión social.
Herramientas y metodología que los/-as trabajadores/-as juveniles y sociales utilizan al trabajar con jóvenes en riesgo de exclusión social para promover su integración
Para promover la integración y la inclusión de las personas jóvenes en riesgo de exclusión social, los/-as trabajadores/-as juveniles y sociales deben prestar mucha atención a cada joven y a sus necesidades. Lo ideal es que los/-as trabajadores/-as juveniles no estén solos/-as en su tarea, sino que puedan cooperar con la escuela, las familias, la oficina de empleo y bienestar juvenil u otras instituciones. Una buena red de apoyo favorece la integración de las personas jóvenes en riesgo de exclusión social.
Las herramientas más eficaces en la práctica han demostrado ser el fortalecimiento de la autoestima de las personas jóvenes en riesgo de exclusión social y su participación en la vida pública y social. Promoviendo estos dos aspectos, los/-as trabajadores/-as juveniles pueden conseguir la integración.
Además, el enfoque preventivo y de acercamiento ha demostrado su eficacia en la práctica, es decir, los/-as trabajadores/-as juveniles y sociales se acercan a las familias de las personas jóvenes en riesgo de exclusión social lo antes posible, trabajan con ellas y, de este modo, intentan evitar que sigan cayendo en el olvido.
Breve descripción de buenas prácticas en el trabajo con personas jóvenes en riesgo de exclusión social en el país
El programa nacional «La cultura hace la fuerza – Alianzas para la educación» (Kultur macht stark – Bündnisse für Bildung) tiene dos enfoques principales: las personas jóvenes de origen migrante y las personas jóvenes con desventajas educativas. Ciudadanos/-as locales de toda Alemania forman alianzas para la educación con el fin de poner en marcha proyectos para niños/-as y jóvenes que tienen poco o ningún acceso a la educación cultural, como programas de tutoría, programas de lectura, campamentos de verano y proyectos de música, danza, teatro y circo. En el primer periodo de financiación (2013-2017), se llegó a más de 730.000 niños/-as y jóvenes de entre 3 y 18 años. La mayoría estaba en riesgo de exclusión social y no había participado antes en ofertas para jóvenes.
El programa nacional «Animar a las personas jóvenes en el barrio» (JUGEND STÄRKEN im Quartier) se dirige a los/-as jóvenes en riesgo de exclusión social que están pasando de la escuela al trabajo. Los proyectos se dirigen específicamente a jóvenes de 12 a 26 años que carecen de perspectivas y para quienes otros servicios están en gran medida fuera de su alcance. El grupo objetivo está formado, por ejemplo, por jóvenes que han abandonado la escuela, por jóvenes que no han completado un curso de integración en el mercado laboral y por jóvenes migrantes que acaban de llegar y que necesitan una ayuda especial para su integración. Un rasgo característico del programa es que las medidas son coordinadas y controladas por los municipios (patrocinadores locales de los servicios públicos de bienestar juvenil). En la primera fase de financiación (2015-2018), se llegó a casi 44.000 jóvenes en 178 municipios. Casi 30.000 jóvenes ya han completado el programa y algo menos del 60 % han finalizado una formación escolar o profesional o han encontrado un empleo. Se han implementado más de 1.000 proyectos en los espacios sociales de la juventud.